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Numero 74

Numero 74

Numero 74 es una marca española de moda infantil, fundada por dos primas, una italiana y otra francesa: muebles infantiles vintage, piezas únicas fabricadas a mano y series limitadas para la decoración infantil. A Smallable le ha encantado la colección de ropa de cama de Numero 74, creada en Italia y hecha a mano con materiales naturales : lana, cachemire, algodón y lino. Los materiales y las técnicas utilizadas dan a la ropa de cama Numero 74 gran flexibilidad y suavidad. Una manta tejida a mano, un cojín de lunares, una funda nórdica o un protector de cuna Numero 74 en colores ligeramente descoloridos ¡Una promesa para que su hijo tenga sueños maravillosos!
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interview
 

Poupy

Comienza el día, el sol brilla y corre una ligera brisa. Atravesamos un pequeño camino de tierra para descubrir el fascinante universo de Numero 74. Se escucha una canción de Bon Iver a lo lejos. Este lugar idílico, situado en pleno corazón de la isla española de Ibiza, es el centro de operaciones de la marca en Europa.
Poupy, la fundadora y dueña de Numero 74, parece un hada de cuento, con el cabello oscuro, una sonrisa constante y una mirada de color aguamarina. Entre risas y delante de su taza de té, Poupy nos cuenta cómo comenzó la aventura Numero 74 y nos habla entusiasmada de su proyecto humanitario en Tailandia, al que dedica actualmente gran parte de su tiempo.

¿Cómo nació la marca Numero 74?

Todo comenzó en 2009. Hacía varios meses que había dejado de trabajar y la mujer de mi primo, que acababa de dar a luz a gemelos, me pidió que decorara la habitación para ellos. Así que compré unas camas vintage, tejí varias mantas y confeccioné los cojines. Después me sugirió que pusiera en venta los objetos que fuera encontrando. Cuando nació mi hijo, me dediqué a vender en internet productos para cumpleaños de niños. Justo después inauguré la marca Numero 74.



 

¿Quién está detrás de Numero 74 ?

¡Una tribu en toda regla! (Risas). Muchas mujeres... Manop y yo somos las encargadas de la producción. Tenemos un equipo en Europa compuesto por muchas personas al mando de la administración y de las ventas. También contamos con un equipo de producción en Tailandia de unas sesenta personas y cuatrocientas mujeres artesanas que trabajan en los talleres. Como digo, ¡una familia y una tribu en toda regla! Yo no distingo entre familia y trabajo, porque todo el mundo es necesario para el equilibrio de la empresa.

¿De dónde viene el nombre de su marca?

Cuando decidimos fundar la sociedad, sumamos la edad de Nancy, la mujer de mi primo, y la mía, ¡y el resultado fue 74!

 



 

¿Cuál es tu filosofía?

Yo creo que nos hacemos adultos para cumplir los sueños que tuvimos de niños, y para mí el objetivo de la vida es ese. Una vez que me di cuenta de eso, intenté centrarme todo lo posible en los sueños que tenía cuando era niña. El objetivo de Numero 74 es ofrecer un camino para seguir nuestros sueños, porque todos ellos son compatibles o complementarios. Para reafirmar nuestra filosofía, hemos creado una fundación que pretende apoyar proyectos sociales para los niños. Hace poco compramos un terreno en el campo para alojar a jóvenes tailandeses para que pudieran aprender a vivir en armonía y conectar con la naturaleza.

¿Cómo es tu día a día?

Todos los días son muy diferentes y no tengo un domicilio fijo (risas), pero trabajo sobre todo entre Tailandia e Ibiza. Me levanto entre las 5 y las 6, me pongo a trabajar cuando todo está aún en calma y respondo a los correos que llegan a esa hora de Tailandia por la diferencia horaria. A las 9 de la mañana, ya tengo la impresión de haber avanzado mucho sin haber gastado energía. Entonces desayuno y a veces hago un poco de yoga. Después voy a ver a las chicas, o si estoy en Tailandia me doy una vuelta por los talleres para solucionar los problemas técnicos y logísticos. Tengo la suerte de poder estar donde quiero cuando quiero y esa libertad es muy importante para mí. Después de eso no tengo rutinas ni horarios. A veces voy también a la playa durante dos horas y retomo el trabajo por la noche. La mayor parte del invierno la paso en Tailandia y en verano suelo estar en Ibiza, pero con el proyecto que estamos planeando, puede que empiece a hacer un mes aquí y un mes allí.

¿Podría describirnos tu proceso creativo cuando concibes una nueva colección?

Solo hacemos una colección por año, y la mayoría de las veces es un poco follón. Nadia y yo nos ocupamos de esa fase. Durante ese período suelo estar sola, y pasados unos días mi imaginación echa a volar y se me ocurren muchas ideas.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Normalmente es una idea o una película, porque no vivo en la ciudad, no leo las revistas ni voy de tiendas. Las ideas me vienen sobre todo al recordar mi infancia o al ver a los hijos de mis amigos. A veces se me ocurre una idea de un producto para adultos que puede adaptarse a los niños, o al contrario. Finalmente, cuando empezamos los prototipos, todo pasa de estar en mi cabeza a estar casi acabado.



 

¿Cuáles son los desafíos diarios de la marca?

Mantener el proceso de fabricación 100% artesanal. Respetar las condiciones de trabajo y la calidad. Esto nos permite revisar constantemente nuestro proceso de toma de decisiones y adaptar nuestro modelo de comercialización. Sin embargo, el proceso de fabricación tailandés es muy diferente del nuestro. Cuanto más queremos producir, más mujeres necesitamos, y para ello hay que buscarlas recorriendo los pueblos, así que cuesta más caro. ¡En todos los demás sitios normalmente es al contrario! Pero nos gustaría mantener esas condiciones de trabajo, quedarnos en el campo y poder conservar la fabricación artesanal que es respetuosa con el medio ambiente.

¿Qué consejo le darías a alguien que va a emprender una aventura empresarial hoy en día?

Que nunca jamás deje de creer en sus sueños. Nunca, porque siempre nos llevan al lugar correcto. Solo nos equivocamos cuando tomamos las decisiones por otros, por nuestros padres o por una empresa, por ejemplo.

¿Un sueño por cumplir?

¡Ya estamos cumpliéndolo! (risas) Ayudar a los niños de las sociedades modernas que están totalmente desconectados de la naturaleza y del amor... Me gustaría de todo corazón que los niños que están conectados las veinticuatro horas del día y que miden su valor según los «me gusta» que tienen en Facebook, cambiaran, porque es algo que me asusta. Quiero intentar volver a conectarlos con lo esencial.

¿Cómo se imagina a Numero 74 de aquí en adelante?

¡No tengo ni la menor idea! Esto va avanzando sin que nos demos cuenta, lo cual es genial. Pero hemos decidido no crecer demasiado.



 

¿Qué es lo que te gusta de Smallable?

Yo creo que lo que hace fuerte a Smallable es el hecho de creer verdaderamente en el potencial de los creadores modestos. Es maravillosa la forma en que Smallable ha dado visibilidad al trabajo de personas que de otra forma no habrían llegado a donde están hoy. Este hecho tan generoso es parte de la magia de Smallable.

¿Dónde podríamos encontrarte cuando no estás trabajando?

Al borde de un río...

¿Un libro?

La sabiduría de la inseguridad, de Alan Watts. Tendría que haberlo leído antes... Vivimos en un mundo en el que buscamos continuamente la seguridad. Con este libro, me di cuenta de que cuanto menos la buscamos, más fácil es encontrarla, lejos de las garantías y contratos que nos tranquilizan.

¿Una canción?

Una canción que escucho mucho ahora es «Plus de sentiments», de Michel Berger.

¿Un restaurante en Ibiza?

La Paloma, que está en un naranjal.

¿Actividades para hacer con niños en Ibiza?

La granja ecológica Can Musón, donde los niños pueden aprender a hacer queso, a cultivar... 

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